domingo, 27 de abril de 2014

Tataki de atún con chips de alga nori

El  "tataki"  es una forma de preparar pescado o carne en la cocina japonesa.  La pieza se marina y posteriormente se cocina en la plancha a fuego vivo, de tal modo que el exterior queda sellado mientras que el interior está casi crudo.  Partiendo de esta base, dejemos volar nuestra imaginación y disfrutemos de esta original receta de tataki de atún con chips de alga nori. 


Ingredientes:

Atún rojo, un diente de ajo, jengibre (fresco rallado o en polvo), salsa de soja o teriyaki, semillas de sésamo, hojas de alga nori, aceite de girasol y sal.

Elaboración:

Las rodajas de atún deben de ser gruesas, de unos dos dedos como mínimo, así quedará más vistoso el plato y si podemos darle forma de prisma cuadrangular, mucho mejor.  Los recortes se pueden aprovechar para un  "sashimi"  de entrante.  Lo cierto es que ésta fue una cena improvisada y eran unas rodajas de poco más de dos centímetros, así que tampoco importa tanto.

Una vez escogidas las piezas las ponemos a marinar durante una media hora en un recipiente donde previamente habremos añadido salsa de soja o salsa teriyaki  (con las dos queda bien), un diente de ajo picado y un poco de jengibre fresco rallado o bien en polvo.  La cantidad de líquido debe ser la suficiente para cubrir el pescado pero, si nos hemos quedado cortos, a los quince minutos le damos la vuelta para que se empape bien por ambos lados.

Transcurrido ese tiempo ponemos unas gotas de aceite en una plancha o sartén antiadherente que esté bien caliente y sellamos durante unos segundos la pieza de atún por todas sus caras.  Debe quedar hecha por fuera pero cruda por dentro.  A continuación la rebozaremos con semillas de sésamo y procederemos a cortarla en finos filetes para emplatar inmediatamente.  Tanto tibio como frío este tataki de atún está exquisito.  


Aprovecharemos el tiempo de marinado para elaborar unos sencillos pero resultones chips de alga nori, la que se utiliza para preparar  "maki".  Acostumbro a poner dos láminas por comensal, las cuales corto en tiras de unos dos centímetros.  En una sartén ponemos a calentar aceite de girasol (para mí es el más suave y que menos sabor deja)  y cogemos una tira de alga, la sumergimos en el aceite y la retiramos inmediatamente.  La primera casi nunca sale bien porque el punto de calor del aceite es muy importante: se queman enseguida o no se hacen lo suficiente.

Parece una labor pesada el hacerlas de una en una pero, al tratarse sólo de "meter y sacar" enseguida tenemos una buena ración.  Vamos depositando los chips de alga nori sobre papel de cocina para recoger el exceso de aceite y luego podemos añadirles un poco de sal.  Quedan crujientes y buenísimos...

Consejos:

Podemos aprovechar el jugo del marinado para elaborar una salsa, reduciéndolo a fuego lento hasta conseguir una textura más densa.  Cuidado con ella, porque su sabor será muy potente y algo salado.  Este tataki de atún combina muy bien con salsas dulces y especiadas, particularmente con chutney de mango.  

Los chips de alga nori son un excelente aperitivo o tentempié.  Los paquetes de láminas se venden en la mayoría de supermercados aunque, al haber de diversas marcas, la diferencia de precio puede ser notable siendo el mismo producto.  Podemos utilizar unas pinzas para ayudarnos a freir las tiras, aunque yo las cojo por una puntita con los dedos.  Si tenéis freidora, entonces podéis disfrutar de estos chips en tan sólo unos segundos.

Y hasta aquí la receta de hoy, un tataki de atún con chips de alga nori que bien seguro os encantará.  Esta es mi visión personal pero  -como siempre os digo-  adaptadla a vuestro gusto y, sobre todo, disfrutadla.

Gracias por leerme y hasta pronto.




miércoles, 16 de abril de 2014

La Música del Vi

El pasado 31 de marzo tuvo lugar una nueva edición de  "La Música del Vi", un esperado y exclusivo evento bianual organizado desde el año 2000 por Vila Viniteca en el cual se dieron cita más de 160 prestigiosas bodegas tanto nacionales como internacionales.  Se celebró en la Casa Llotja de Mar, uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona.


A pesar del marcado carácter profesional del evento tuvimos la gran oportunidad de acudir y disfrutar del magnífico entorno y de algunos vinos que, de otro modo, quedarían bastante lejos de nuestro alcance.  Los diferentes salones y espacios que conforman este majestuoso edificio estaban llenos de expositores que presentaban sus últimas novedades y añadas bajo una impecable organización por parte de Vila Viniteca.

Fue mi estreno en La Música del Vi y he de confesar que quedé tan fascinada por el ambiente que allí había como por los vinos que tuve la ocasión de degustar.  Entre Sauternes, Gewurztraminer y demás maravillas también descubrí Grappas espectaculares y un Calvados muy especial.  En la planta superior estaba ubicada la degustación de quesos, la cual visitamos a última hora a la vuelta del descanso que hicimos para salir a comer, ya que el evento había comenzado sobre las once de la mañana y duraba hasta bien entrada la tarde.

No voy a extenderme con las explicaciones.  Ya que una imagen vale más que mil palabras aquí os dejo unas cuantas, tanto del entorno como de mis hallazgos y reencuentros con mis vinos favoritos. Espero que os guste mi visión particular de La Música del Vi 2014. 































Os recomiendo que visitéis el álbum de Flickr de Vila Viniteca donde se refleja con todo lujo de detalles este gran evento cuya próxima edición será en marzo del 2016.

Gracias por leerme y hasta pronto.




domingo, 6 de abril de 2014

Minamo Barcelona

Para mí cada día es especial, pero éste lo fue un poco más.  Era mi cumpleaños y mi marido me sorprendió llevándome a comer a Minamo Barcelona donde disfrutamos, como bien dice en su web, de una experiencia culinaria excepcional en un escenario espectacular.  Lujo asiático elevado a la máxima potencia en el corazón de Barcelona, esto lo digo yo.

Desde la exquisita cocina hasta el mágico entorno creado por las majestuosas mariposas Morpho, cualquier detalle está pensado para que el cliente se sumerja en un mundo fantástico desde el momento en que cruza el umbral.  Y si algo tengo que destacar -si ello es posible entre tanta perfección- es el trato recibido por parte de todo el equipo: correcto, atento y detallista, pero cercano al mismo tiempo.  Algo no tan fácil de conseguir y que te hace sentir único y especial.

Minamo Barcelona no tiene carta y ofrece dos menús de degustación: el de almuerzo, que fue el nuestro, y otro por la noche totalmente diferente en el cual se descubre la auténtica esencia del restaurante con un espectáculo para todos los sentidos.  Para mediodía es recomendable hacer reserva, para cenar es obligatorio.     

Así es Minamo a mediodía, por la noche todo cambia.  A la izquierda
la gran pared acristalada nos separa de las mariposas, aunque alguna

de ellas se escapa para hacernos compañía mientras comemos

Mesa montada con todo lujo de detalles.  Servilletas guardadas
en cajitas, cubiertos y platos de presentación espectaculares

Las mariposas se alimentan de fruta: piña, naranja, plátano y kiwi son
sus favoritas.  Detalle de las pupas o crisálidas 

La majestuosa mariposa Morpho de Costa Rica

Cuando despliega sus alas el espectáculo es increíble

Mojito japonés en una original mezcla de texturas como aperitivo

Mini-bol de caldo Dashi con cigala y picatoste de anguila ahumada

Tataki de bonito con aguacate, caviar de salmón salvaje y salsa Ponzu

Yakisoba.  Fideos con bogavante

Brochetas de pollo Teriyaki y espuma de boniato 

El momento más deseado por nosotros: la selección de Sushi y Sashimi.
Esperábamos un platito para cada uno y... ¡comenzó el festival!

Sashimi de atún rojo, salmón salvaje de Alaska y lubina.  La lubina estaba
presentada junto con el limón a modo de pétalos formando una vistosa flor

Nigiris de atún bluefin, salmón salvaje y langostino.  California roll de gamba
en tempura, tekka maki de atún y tempura maki de salmón y mango

El sushi estaba servido sobre una bandeja de cristal.  Sin palabras...

Descubrimos que el wasabi no sale siempre de un tubo como la pasta de dientes.
Esto es raiz fresca de wasabi, la cual se ralla al momento con un rallador especial

de piel de tiburón para conseguir la textura perfecta para este preciado condimento

Una delicia de mango da paso al postre

Semi-frío de plátano y fruta de la pasión, cremoso de naranja y espuma de coco

Un gran detalle por su parte fue sorprendernos obsequiándonos con esta delicia,
no incluida en el menú, mientras sonaba de fondo una sutil música de cumpleaños

Después de haber disfrutado de tanta exquisitez, aunque parezca
mentira aún nos quedaba un hueco para algo tan especial.  ¡Gracias!

Petit Fours como punto final de esta gran degustación

Nos decidimos por una botella muy especial para acompañar el menú y por
té verde para rematarlo.  Nos obsequiaron con licores y un precioso abanico


Aprovechando que estábamos en  "petit comité"  mantuvimos una agradable charla con José Luis Cases, su director, en la que nos desveló parte del misterio de sus cenas tan especiales e incluso nos hizo una pequeña demostración práctica de los diferentes ambientes y efectos creados durante las mismas.  Pero no pienso desvelarlo aquí, eso lo guardamos en nuestra memoria a la espera de poder disfrutarlo en directo en otra ocasión. 


Y si habéis llegado hasta aquí...  ¡va por vosotros!


Gracias por leerme y hasta pronto.




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