Para mí cada día es especial, pero éste lo fue un poco más. Era mi cumpleaños y mi marido me sorprendió llevándome a comer a Minamo Barcelona donde disfrutamos, como bien dice en su web, de una experiencia culinaria excepcional en un escenario espectacular. Lujo asiático elevado a la máxima potencia en el corazón de Barcelona, esto lo digo yo.
Desde la exquisita cocina hasta el mágico entorno creado por las majestuosas mariposas Morpho, cualquier detalle está pensado para que el cliente se sumerja en un mundo fantástico desde el momento en que cruza el umbral. Y si algo tengo que destacar -si ello es posible entre tanta perfección- es el trato recibido por parte de todo el equipo: correcto, atento y detallista, pero cercano al mismo tiempo. Algo no tan fácil de conseguir y que te hace sentir único y especial.
Minamo Barcelona no tiene carta y ofrece dos menús de degustación: el de almuerzo, que fue el nuestro, y otro por la noche totalmente diferente en el cual se descubre la auténtica esencia del restaurante con un espectáculo para todos los sentidos. Para mediodía es recomendable hacer reserva, para cenar es obligatorio.
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Así es Minamo a mediodía, por la noche todo cambia. A la izquierda
la gran pared acristalada nos separa de las mariposas, aunque alguna
de ellas se escapa para hacernos compañía mientras comemos |
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Mesa montada con todo lujo de detalles. Servilletas guardadas
en cajitas, cubiertos y platos de presentación espectaculares |
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Las mariposas se alimentan de fruta: piña, naranja, plátano y kiwi son
sus favoritas. Detalle de las pupas o crisálidas |
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| La majestuosa mariposa Morpho de Costa Rica |
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| Cuando despliega sus alas el espectáculo es increíble |
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| Mojito japonés en una original mezcla de texturas como aperitivo |
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| Mini-bol de caldo Dashi con cigala y picatoste de anguila ahumada |
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| Tataki de bonito con aguacate, caviar de salmón salvaje y salsa Ponzu |
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| Yakisoba. Fideos con bogavante |
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| Brochetas de pollo Teriyaki y espuma de boniato |
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El momento más deseado por nosotros: la selección de Sushi y Sashimi.
Esperábamos un platito para cada uno y... ¡comenzó el festival! |
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Sashimi de atún rojo, salmón salvaje de Alaska y lubina. La lubina estaba
presentada junto con el limón a modo de pétalos formando una vistosa flor |
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Nigiris de atún bluefin, salmón salvaje y langostino. California roll de gamba
en tempura, tekka maki de atún y tempura maki de salmón y mango |
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| El sushi estaba servido sobre una bandeja de cristal. Sin palabras... |
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Descubrimos que el wasabi no sale siempre de un tubo como la pasta de dientes.
Esto es raiz fresca de wasabi, la cual se ralla al momento con un rallador especial
de piel de tiburón para conseguir la textura perfecta para este preciado condimento |
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| Una delicia de mango da paso al postre |
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| Semi-frío de plátano y fruta de la pasión, cremoso de naranja y espuma de coco |
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Un gran detalle por su parte fue sorprendernos obsequiándonos con esta delicia,
no incluida en el menú, mientras sonaba de fondo una sutil música de cumpleaños |
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Después de haber disfrutado de tanta exquisitez, aunque parezca
mentira aún nos quedaba un hueco para algo tan especial. ¡Gracias! |
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| Petit Fours como punto final de esta gran degustación |
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Nos decidimos por una botella muy especial para acompañar el menú y por
té verde para rematarlo. Nos obsequiaron con licores y un precioso abanico |
Aprovechando que estábamos en "petit comité" mantuvimos una agradable charla con José Luis Cases, su director, en la que nos desveló parte del misterio de sus cenas tan especiales e incluso nos hizo una pequeña demostración práctica de los diferentes ambientes y efectos creados durante las mismas. Pero no pienso desvelarlo aquí, eso lo guardamos en nuestra memoria a la espera de poder disfrutarlo en directo en otra ocasión.
Y si habéis llegado hasta aquí... ¡va por vosotros!
Gracias por leerme y hasta pronto.
